lunes, 6 de julio de 2020

MONÓLOGO(S) DE ANDY WARHOL
4.
Grabé mi primer cinta magnetofónica en 1964. Ahora mismo trato de recordar en qué circunstancias ocurrió. Recuerdo a quién grabé, pero no recuerdo por qué llevaba conmigo aquel día un magnetófono ni por qué salí a comprar uno. Creo que todo empezó porque intenté escribir un libro. Un amigo me había enviado una nota diciendo que todos nuestros conocidos estaban escribiendo un libro y eso me incitó a mí también a escribir uno. Entonces, compré el magnetófono y grabé durante todo un día a la persona más interesante que conocía por aquel entonces: Ondine. Sentía curiosidad por toda esa gente nueva a la que iba conociendo y que podía quedarse sin dormir semanas enteras. Pensaba: “Esa gente es muy imaginativa. Quiero saber qué hacen, por qué son tan imaginativos y creativos, por qué hablan todo el tiempo, por qué están siempre atareados, llenos de energía, cómo pueden acostarse tan tarde y no cansarse”, y muy pronto eso se convirtió en cuatro días de trabajo. Me había propuesto trabajar un día y una noche enteros y grabar a Ondine, la más dicharachera y enérgica de todos ellos. Pero pronto me cansé, de modo que tuve que terminar de grabar el resto de las veinticuatro horas en otro par de días. Así pues, mi novela, A, fue un fraude, ya que se presentó como una “novela” grabada en veinticuatro horas consecutivas, pero en realidad fue grabada en varias sesiones aisladas. Gasté veinte cintas porque empleaba casetes pequeñas. Y justo en ese momento llegaron al taller unos chicos y preguntaros si podían hacer algo, de modo que les pedí que transcribieran y pasaran a máquina mi novela, y ¡tardaron un año y medio en mecanografiar un solo día! Eso ahora me parece increíble, por que sé que, si hubieran sido competentes, habrían podido terminarlo en una semana. A veces los espiaba lleno de admiración porque me habían convencido de que escribir a máquina era la tarea más lenta y laboriosa del mundo. Ahora me doy cuenta de que eran mecanógrafos de sobras, pero entonces no lo sabía. Quizá tan solo les gustase estar con la gente que se descolgaba por el taller.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Archivos textuales

https://drive.google.com/file/d/1cXDAj4rD2TQbFSFheA5QCzT_EMjAZvV2/view?usp=sharing