MANIFIESTO DE ALDO
MARTÍN
MANIFIESTO
EL mundo
Escribo que el
mundo se ha convertido en un lugar hostil, donde la necesidad de adquisición a cambio de un servicio se ha
transformado en una modalidad casi absoluta de supervivencia.
Un lugar hostil para
profundizar dentro en nosotros, lo que implica relacionarse y adaptarse a la
sociedad, a sus integrantes y al propio entorno.
La falta de
comprensión y apreciación, el tiempo que desvela y preocupa la idea del futuro,
la inquietud por el modelo y los estándares de supervivencia de nuestra era,
una era donde la ética y la moral han obstaculizado nuestro desarrollo en favor de quien sabe manejarlo y controlarlo
en beneficio propio.
Exalto a la duda en
todo momento del hacer, del estar y de existir. Desconfiar de aquello que ha
sido establecido a partir de lo que no nos toco vivir.
Los sentidos
Escuchar, sentir,
oler, comer, mirar, intuir nuestro alrededor y volvernos a preguntar si esta es
una realidad absoluta o solo una visión de lo que algunas personas planearon
para que viviéramos este momento de la historia.
Preguntarnos si en
verdad somos una civilización o una planeación que se ha salido de control y
destruye a cada paso.
Somos seres
racionales según lo que dice la Ciencia.
Somos seres civilizados
según lo que dice la Política.
Somos seres
espirituales según lo que dice la Religión.
Y no lo creo.
Nos desarrollamos
con distintos valores, en distintos climas , con distintas tradiciones, en
distintas culturas, en distintos lugares geográficos, en distintos contextos
sociales, políticos y económicos.
Todo esto tal cual
construye una postura y una cosmovisión del mundo.
Por eso no creo en
la ciencia, la política y la religión.
El Teatro
El teatro es un
dispositivo donde podemos vaciar lo que deseemos, nos da una esperanza y crea
una Utopía de sus creadores y
espectadores.
El teatro tiene la
capacidad de albergar el deseo y volverlo realidad, de poner a prueba nuestro
conocimiento y mostrar nuestra necesidad de decirle algo al mundo, de una forma
sutil y alentadora.
Todos debemos tener
el derecho de poder llevar acabo un deseo, un anhelo, una historia, un sueño
que en nuestra realidad tal ves no podría existir. Liberaríamos entonces
aquellos demonios pasionales, oscuros y brillantes, en otra dimensión donde
todos estaríamos a salvo y donde no se enjuiciaría aquello que diferenciamos
entre “bueno y malo".
El teatro desde sus
orígenes tiene la capacidad de aguantar el desahogo de las pasiones humanas de
una forma estética y atractiva para quien asiste, provocando o no, una empatía
que es aceptada por el espectador, en otra dimensión diferente a la realidad.
Por eso hago
hincapié en la necesidad de llevar a escena lo que en “sano juicio" me
metería a un manicomio, a la cárcel, a un exorcismo, un asesinato. Cito a los
considerados grandes de otro tiempo.
·
Artaud
·
Colosio
·
Sara Kane
Incomprendidos,
excluidos y asesinados por la razón.
El teatro le tiende
la mano al loco, a todo lo inimaginable, pues en el puedes dibujar, pintar,
danzar, iluminar, moldear, construir, destruir, aplastar, tocar, decir, sentir,
enunciar, intuir, mirar. Y aun así después de todo esto la humanidad creerá que
eres un artista y no un loco, tal vez.
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